El hombre oso es un licántropo que puede aparecer bajo la forma de un oso, de un humano o de un híbrido de ambas especies.
El primer licántropo del que tenemos constancia aparece en la Antigua Grecia y se trata de Licaón, el rey de Arcadia.
Actualmente, el cine y la televisión están representando hombres lobo jóvenes con aspecto atractivo puesto que se ha perdido ese miedo a los seres sobrenaturales al encontrarnos en una época menos crédula en cuanto a los mitos y leyendas.
Otras apuntan a los niños perdidos en el mar o de niños adoptados por un dios tiburón. Muchos de los humanos que se han convertido en tiburón son descritas teniendo patrones de piel que los tiburones naturalmente no tienen: very similar a los patrones del paño de las mantas que se envuelven alrededor de infantes.
Esta creencia en la existencia de clanes y manadas de licántropos ha alimentado la imaginación de muchos escritores y cineastas, quienes han creado historias y películas basadas en esta notion.
En algunas versiones de la leyenda, el hombre lobo es un ser humano que ha sido maldito por un poder sobrenatural, como una bruja o un demonio. En otras versiones, el hombre lobo es un ser humano que se transforma en un lobo debido a una maldición o a una enfermedad.
En la Edad Media, la licantropía se convirtió en un tema de gran temor. Los cuentos populares hablaban de hombres lobo que acechaban en los bosques, atacando a los viajeros y aterrorizando a las comunidades.
Los hombres lobo de la dispensación cristiana no eran todos considerados como herejes o viciosamente dispuestos en contra de la humanidad. De acuerdo con Baronius, en el año 617, se presentó un grupo de lobos en un monasterio, y destrozaron a varios frailes quienes mantenían opiniones sobre la herejía. Los lobos mandados por Dios despedazaron a los ladrones maldecidos de la armada deFrancesco María, duque de Urbino, quien había llegado para saquear el tesoro de la Santa Casa de Loreto.
En la forma híbrida su estatura es de hasta 70 cm por encima de la estatura humana. Aparece el pelaje y su cabeza se transforma en la de oggy1688 un oso, mientras que la parte inferior de su cuerpo es más parecida a la de un humano, pero más robusta y musculosa.
Entre los toradjas de Célebes central está la creencia que el hombre interior puede tomar la forma de un gato, jabalí, simio u otro animal, y luego devolverse a la forma humana; este es denominado lamboyo. la relación exacta del lamboyo con el tanoana no parece estar clara; más abajo puede ser notado que la vista es variable. De acuerdo con algunos el poder de transformación es un regalo de los dioses, pero otros mantienen que la licantropía es contagiosa y puede ser adquirida por la ingesta de comida dejada por un licántropo o hasta por medios insólitos. Los Toradjas mantienen que cualquiera que toque sangre se convierte en uno de estos seres.
En el folclore moderno y la ficción el Wendigo encontrado en las historias de muchos de los pueblos algonquinos es a veces considerada similar a licántropos, en que aquella gente podría transformarse en ellos. Las leyendas originales varían considerablemente.
Una de las creencias más comunes es la utilización de amuletos y talismanes. Se cree que ciertos objetos poseen propiedades mágicas que pueden repeler o controlar a los licántropos.
En algunos casos, las personas con estos trastornos pueden presentar comportamientos que se asemejan a los de los hombres lobo, como aullar, gruñir y morder. Sin embargo, es importante destacar que estos comportamientos son el resultado de la enfermedad mental y no de una transformación actual.
La leyenda de los hombres lobo ha fascinado a la humanidad durante siglos. Estas criaturas mitológicas, capaces de transformarse en lobos durante las noches de luna llena, han despertado tanto miedo como curiosidad en las diferentes culturas alrededor del mundo.